viernes, 22 de abril de 2016

Dada no es nada




martes, 8 de marzo de 2016

Outsider Art



 Entre las diversas características que definen la situación postmoderna hay varias que concurren con las circunstancias de la propagación del "Outsider Art". Una, la situación postmoderna lleva a aglutinar estas expresiones creativas denominadas "Outsider Art" (que podrían situarse bajo el rubro de "Low Art" -Arte Popular-) con las del "High Art" -Arte Culto-. Dos, este arte, que tantas veces es un subproducto de una actividad ocupacional, una terapia de arte o la propia sublimación psíquica, desvela su razón estética en una actividad que responde a un fin. Es decir, pone en entredicho que la ausencia de finalidad es inherente a la apreciación de la belleza. Y tres, el "Outsider Art", "deconstruye" el arte contribuyendo con su influencia al desmantelamiento de supuestos y postulados elitistas del arte, al tiempo que se incorpora de pleno al intercambio teórico y artístico actual.

La denominación "Outsider Art" proviene originalmente de la atención puesta por Jean Dubuffet en 1945 al libro de Hans Prinzhorn que contenía imágenes realizadas por los enfermos mentales, las cuales le inducirían a formar la "Colección del `Art Brut`. "Outsider" o "marginal" es el término anglosajón utilizado para referirse principalmente a las creaciones de los discapacitados mentales, o como justamente ahora se maneja, con capacidad diferenciada. El "Outsider Art" se ha venido desarrollando como una entidad que ha adquirido un rango propio e incrementa su inserción dentro de la estructura de la Institución-Arte.  En sí, esta evolución revela la tendencia a la desaparición de la misma noción, aunque mantenga su peculiaridad. Cuando se habla de "Outsider Art" se refiere principalmente a la producción visual de las personas internadas en psiquiátricos o declaradas mentalmente enfermas y que en distintos grados afecta la conducta normal.
Marta Miró y Pedro Lavado lo denominan en lenguaje español: "Arte Lunático" ("Nuevos horizontes en el arte outsider hispano" Editorial Enokia, SL. Madrid 2005). Con aquel término, Lyle Rexer ("How to look at Outsider Art". Harry N. Abrams, Inc. New York, 2005) trata de caracterizar los vocablos confusos y que se intercambian con los de "Folk Art" y "Autodidacta" promovidos, muchas veces, por mecanismos de marketing que incluyen algunos como "Arte Visionario" "Neuve Invention" o el primigenio "Art Brut".

Los parámetros de esta producción se caracterizan por una marginalidad y falta de consideración artística, que se extiende a muchas otras producciones: Personas con discapacidad funcional o inclusive social, no específicamente de enfermos mentales, pero que se encuentran alejadas de la circulación elitista creativa, englobando así su identidad bajo esta bandera de lo marginal, lo autodidacta, y que "supuestamente" no es arte.

Haré uso del término "Outsider Art" en sentido general abarcando las obras y artistas que se sitúan al margen de la creación estándar pero que, desde luego es dominado por estos individuos que sufren de esquizofrenia, psicosis, autismo y maniaco-depresivos, incluso los que sufren de estados alterados de conciencia.  El extendido reconocimiento y atención que adquiere el "Outsider Art" es indicativo de uno de los ejes determinantes de la postmodernidad: El multiculturalismo o la política del reconocimiento de la diferencia. Con el advenimiento de la postmodernidad que incentiva la diversidad y la diferencia cultural, el "Otro", aquellos que han sido excluidos de toda consideración intelectual, se incorporan como miembros de la colectividad. En la sociedad actual esta figura de lo otro se extiende a los grupos de inmigrantes y todo aquello que irrumpe en el campo social y que son inasimilables. Bajo la idea de Michael Foucault, los "Otros" son aquellos apartados del poder y que a menudo han sido victimizados y, consecuentemente, desprovistos de sus derechos políticos o ignorados: Homosexuales, gente de color, prostitutas, prisioneros y locos.

El "Outsider Art" resulta parte de este "Otro" que la sociedad ha desdeñado por el individuo en sí, y por el desajuste cultural que sus obras manifiestan. Según Marta Miró y Pedro Lavado el "Outsider Art" queda precisamente definido como "el desarrollo de toda una serie de formas de expresión creativa que se manifiestan fuera de las normas culturales". Estas expresiones creativas no encajan en las expectativas que del arte se han construido como ejercicio de habilidad, consciente y controlado, elaborado y manejado profesionalmente, buscando retribución y no como "hobby". Estas expresiones creativas se encuentran más enraizadas en el sentimiento y simbolización popular que en la elucubración elitista de arte culto.

La situación postmoderna lleva a aglutinar estas expresiones creativas de "Outsider Art", que podrían situarse bajo el rubro de "Low Art", con el "High Art". El "Low Art", -Arte Popular- identifica la cultura de masas y la manufactura de gusto popular con dominante realismo "kitsch". Bajo éstas se centraban muchas de las prácticas visuales como diseño, decoración y publicidad, y que en la actualidad postmoderna se funden con el así llamado "High Art", -Arte Culto- correspondiente a lo entendido como Bellas Artes, de trascendencia universal y de logros artísticos fundados en nobles sentimientos y un gusto educado. Esta fusión y entrecruzamiento de las dos orientaciones visuales se realiza como un reconocimiento de las actividades que antes eran tratadas como marginales, y un ascenso hacia la esfera del circuito del arte institucional. Y, al mismo tiempo, se produce una absorción de las prácticas artísticas, antes entendidas como "High Art" por el sistema extendido de la imagen en su reproducción y difusión, tanto electrónica como artesanal, como circulación de sentido y de la información en la cultura de masas.

Una de las razones que influye, también, para la desconsideración de estas producciones como obras de arte es que son, a menudo, el subproducto de una actividad ocupacional; La realización plástica dentro de una terapia de arte. Y es que, la realización del producto visual con un fin predeterminado anula su consideración de pureza artística, haciéndolo descender a otra categoría similar a la de "decoración". Cuando se maneja una práctica visual, la creación de la imagen, para la buscar resolución de problemas mentales y para recuperar la salud mental, se trata de una función de la educación o curación por el arte, denominándolo "experiencia artística" distanciándose del concepto "Arte" reconociendo su relatividad.

Así se expresa José Mª Barragán cuando define el objeto de su estudio en una investigación sobre el tema de la pedagogía del arte: "Evitamos de esta forma la polémica denominación de "arte" aplicada al desarrollo de habilidades simbólicas: el arte de los niños, el arte de los adolescentes,etc. Preferimos hablar del desarrollo de experiencias artísticas, que incluye tanto conductas vinculadas con la recepción cono con la producción sin que por ello tengan que ser categorizadas como arte. Si los resultados (objetos, obras...) de estas experiencias artísticas reciben dicha denominación ya es una cuestión relativa, como ya hemos dicho, de legitimación sociocultural" ("Encuentros del arte con la antropología, la psicología y la pedagogía". Editorial Angle. Barcelona, 1997) Cuando el arte se doblega a una función utilitaria desciende de ese rango elevado. Gran cantidad de los criterios estéticos empleados en la sociedad occidental derivan del Idealismo Kantiano.

El concepto antiguo de "arte" vinculado a la habilidad técnica cedió su lugar a uno más moderno vinculado a la producción de "belleza". En su "Crítica del Juicio Estético" Kant, en el siglo XVIII, establece que desde el punto de vista de la cualidad, el gusto es la facultad de juzgar un objeto o representación mediante una satisfacción o un descontento sin interés alguno, y que el objeto de semejante satisfacción se llama bello. Así, la belleza es forma de la finalidad de un objeto en cuanto es percibida en él sin la representación de un fin. La ausencia de finalidad es inherente a la apreciación de la belleza. Esta inclinación ha prevalecido desde entonces marcando el desarrollo de las nociones de las Bellas Artes y su diferenciación con la Artesanía y con todas las otras expresiones que evolucionaron con la sociedad, como ha sido el caso de la ilustración gráfica en el diseño, que hasta hoy también es concebida como un arte gráfico menor.


viernes, 3 de mayo de 2013

Arte Producto






A principios del siglo XIX la humanidad seria testigo del nacimiento de la llamada revolución industrial, la necesidad de la creciente sociedad lo requería y los nuevos descubrimientos científicos la alentaban, puede que para su tiempo fuesen indiscutibles sus bondades, pero para nuestra actualidad resultan un problema.
 Dicha revolución prometía la libertad al hombre moderno de tal manera que su tiempo de trabajo seria reducido como consecuencia de la intervención de las maquinas.
El movimiento de artistas futuristas tenian una celebre proclama:
“un automóvil rugiente como una metralla es mas bello que la Venus de samotracia” respondian asi al espiritu de su epoca, siendo reflejo de la sociedad misma.
 

 La industria es instrumento del sistema capitalista para la producción de bienes en masa,  propiedad de unos pocos tenia un gran propósito: “la ganancia” la misma termino por abarcar todas las áreas sociales incluso las artes, y es claro que la gran maquina expandía sus tentáculos en varias áreas, pero para nuestra área de interés como los son las artes visuales también tendría su gran relevancia, porque si se quiere el medio vendría siendo usado para vender, un claro ejemplo es la “industria cinematográfica” la invención de la maquina fotográfica dio paso a la cámara  de cine aporte del gran Tomas Alba Edison, pero estos grandes inventos  en manos del capitalismo supondrían la producción de material de propaganda mas que de un cine con contenido, además  con una fuerte ideología en su contenido, se  convierte en instrumento político mas que artístico,  en el fondo sabemos que las películas de Hollywood no son mas que producciones con alto contenido subliminal y adoctrinante, esta industria se apropio de parte importante de las artes visuales modernas para sus fines netamente comerciales y políticos, su producción en si no va enfocada a tratar temas de interés humano sino mas bien a educar de cierta manera, o podríamos decir a mal educar, este gran monstruo industrial tiene el poder y la fuerza para difundirse mucho mas efectivamente, ya que se encuentran varios intereses inmiscuidos en la distribución de dichos materiales,  la frase del gran Duchamp diría que: "no creo en el cine, quizás mas adelante, yo creo es en el artista".  Las iniciativas independientes en el cine suponen la alternativa viable para los artistas sin mucho apoyo mediático,  ante el gran monstruo mediático.  Andy Warhol tubo la sensatez de denunciar modestamente con su arte pop las intensiones de la industria, su concepto artístico estaba cargado de cinismo y critica hacia la creciente industria del entretenimiento, y podemos ver hoy como se  producen artistas como las latas de “Soup Campel” producción en masa, pseudo artistas prefabricados como productos, con un fuerte trabajo de producción multidisciplinario, con claras intenciones de ganancia monetaria mas que de aporte existencial, además con un trasfondo psicológico que brinda a las masas la satisfacción de sus mas bajas pasiones.

 
Toda esta mega industria esta conformada por cantidad de empresas que tiene fines comerciales, su fin principal es crear para ganar, incluir a mas consumidores como sea posible, no por intenciones de desarrollo humano, mas bien conseguir la atención de potenciales consumidores.
 La industria del entretenimiento supone ser mucho mas actual, entretenida, accesible, entendible y complaciente para las nuevas generaciones que ven en ella su reflejo mas directo, su contenido es fácil de digerir, la banalidad de la actualidad supone ser mas interesante, motivo por el cual las artes intelectualizadas han sido desplazadas a un lugar cercano al borde de la extinción, parecen haber apagado la viveza de su llama, debido a que los valores entregados por la industria comercial supone que lo intelectual y la historia han de ser ámbitos aburridos y cargados de pesadez, de tal manera que Mickey Mouse viniera a suplantar al Che Guevara en su popularidad frente a las masas.

 
los artistas producidos industrialmente parecen ser la norma de la actualidad.  al enfrentar la gran industria musical,  generalmente podemos notar su asociacion con las empresas de consumo,  estos capturan la atencion de las masas con sus producciones pero finalmente sabemos que en el fondo estan vendiendo un producto, (es comercio antes que arte)  su razon social es otra.  Así como nacen han de desaparecer, para luego ser suplantados por uno nuevo, sin ningún legado importante, porque al fin no es lo que buscan, es una formula que da resultado, ya todo esta determinado, en esencia  es lo mismo pero trae el consuelo de la novedad.

 
-La conquista de la conciencia desgraciada: una desublimación represiva- afirma Marcuse que “lo que se presenta ahora no es el deterioro de la alta cultura que se transforma en cultura de masas, sino la refutación de esta cultura por la realidad. La alta cultura siempre estuvo en contradicción con la realidad social pero hoy esta contradicción se ha neutralizado, mediante la extinción de los elementos de oposición, ajenos y trascendentes de la alta cultura, por medio de los cuales constituía otra dimensión de la realidad. Esta liquidación de la cultura bidimensional no tiene lugar por medio de la negación y el rechazo de los "valores culturales", sino por medio de su incorporación total al orden establecido mediante su reproducción y distribución a escala masiva.»

 
La industria entonces se ha apropiado del término artista para definir sus productos. Dejando de lado y prácticamente invisibilizando a los artistas preocupados por el desarrollo productivo de individuos conectados con su ser y con los medios para lograr su  verdadero desarrollo como seres humanos, lo cual ha sido una de las principales finalidades del arte a través de su historia,  lo que Marcuse llama alienados son seres profundamente confundidos hipnotizados y educados por la cultura de masas,  seres que pierden la posibilidad de encontrarse consigo mismo y con su verdadero desarrollo. Los dadaístas estaban desilusionados con el arte, incluso pensaban que había muerto, porque le había fallado a la humanidad, lo cual implica que sin su efecto humanizador el arte no es arte.


La necesidad de ser críticos es fundamental en estos momentos y poder separar al arte intelectual del arte del espectáculo, es necesaria  la reformulación del concepto de artista,  es necesario para poder establecer las funciones específicas de cada uno, darle la importancia que se merece, su fuerza productiva y su difusión deben permitir desarrollar sociedades de individuos críticos y comprometidos con una verdadera razón social


La industria del entretenimiento supone ser entonces un medio alienante, arma de desinformación,   responde a los intereses de pequeños grupos con intereses comerciales y al parecer con ninguna ética hacia lo humano y hacia las artes. En la sub conciencia colectiva el arte parece haber perdido su definición, si es que alguna vez la tuvo. La gran industria supone la desaparición del artista como genio. Es necesario para los artistas emergentes criticar y tratar de ser visibles nuevamente. la obra de arte debe ser una acto de resistencia.

jueves, 25 de abril de 2013

Tecne vs Arte

 



Como es común en la vida y en el arte, el cambio sugiere la ruptura, y la ruptura significa si se quiere un renacer, a trabes de la historia del arte hemos visto nacer, crecer y morir a infinidad de movimientos artísticos diferentes,  la época clásica habría sido desplazada por el nuevo movimiento romántico, este mismo seria años mas tarde sustituido por el impresionismo y el expresionismo, que también serian desplazados a su vez por el cubismo y luego el surrealismo, futurismo, dadaismo y así sucesivamente, uno tras otro estaría estigmatizado por esta misma suerte, tarde o temprano terminan apagando su fuerza para así terminar en una decadencia hasta morir como movimiento, esta es básicamente una regla en la historia del arte y sucede que esta sustitución de movimientos en el arte es necesaria para que el arte este en constante movimiento y no perezca, es regla general que cada movimiento surja con cada cambio social político o científico de la humanidad, ya que estos van a la par de las áreas del conocimiento mas importantes para la humanidad. Sucede en estos casos que en el mundo del arte y sus movimientos existen ciertos personajes importantes que funcionan como la principal figura de dichos movimientos, es el caso de Marcel Duchamp que supone ser punto importante dentro del arte conceptual y también un pionero dentro del cambio y posterior desarrollo del movimiento artístico.


 
En 1917 Duchamp como parte del comité de naciente movimiento de artistas independientes envía a la exposición en New York su famoso urinario, el cual titulo como “Fuente” y lo presento bajo el seudónimo de R.Mutt” como siempre se puede especular mucho acerca de estas decisiones, pero se dice que el día de la exposición el urinario no estaba en la sala de exposición, este objeto fue entonces motivo de la controversia porque el punto radicaba en que si este objeto es o no es arte, tratándose de un objeto común, para el momento seria tomado seriamente como algo absurdo, esto cabe destacar es una de las principales incógnitas a resolver por la filosofía del arte contemporáneo, y es que evidentemente este objeto tuvo mucho impacto, primero porque era la primera vez que esto sucedía, segundo: un urinario no se consideraba una obra de arte. Esto es muy cierto pero su fundamento vendría después de muchas discusiones para definirlo, para los artistas conceptuales el objeto como tal no representa lo mas importante de la obra, ni su ejecución técnica mucho menos, lo mas importante aquí es la idea,  el objeto en si podemos saber cual es su función en el mundo, su posición, su significado esta para todos claro,  el artista al cambiar su posición simplemente propone cambiar también el contexto inmediato, su significado social convencional,  Duchamp invita a romper una estructura mental en la configuración lingüística de su observador, su significado ha sido cambiado por el artista, intervienen aquí aspectos lingüísticos, políticos y culturales.

 

Duchamp resulta ser un personaje enigmático, misterioso, difícil de interpretar y entender y quizás precisamente ese sea el mayor atractivo de su obra plástica y es que al adentrarnos en la vida y obra del artista comenzamos a percibir que su mensaje no esta claro y contiene cierta complejidad.  En un momento de su vida expreso que ya dejaría la pintura y que se dedicaría a jugar al ajedrez, un acto si se quiere con un trasfondo mas complejo, y es el aparente cuestionamiento y la valides de la pintura como medio para las artes plásticas en su época y en nuestra actualidad. Esto podría deberse a muchos factores, como el agotamiento de la técnica ante la actualidad tecnológica en la que vivimos inmersos, un ejemplo claro es como a principios del siglo vimos nacer a la cámara fotográfica y posteriormente a la videocámara lo que supuso y obligo a la pintura a darse un replanteamiento de sus funciones dentro de las artes plásticas,  las maquinas indudablemente transformaron otra vez a las artes.

 

Se cuenta que en compañía de Picabia y otros artistas de la época Duchamp habría de asistir a una exposición aeronáutica en Paris a principio de siglo, se dice que el artista caminaba extasiado por los salones de exposición admirando aquellas hélices de aviones perfectamente estructuradas y confeccionadas, momento de su celebre afirmación: “la pintura esta muerta” ¿Quién podría hacer algo mejor a esta hélice?  Desde este momento quedaría obsesionado con la maquina, y muchas de sus obras posteriores tendrían fuerte relación con las maquinas, de sus palabras: “ya no quiero ser artista, ahora quiero ser ingeniero”.  Esta afirmación resulta muy importante para entender esta rama de la actualidad del arte, y para nuestro asombro predijo la situación. Según Donald Kuspit artista, critico y filosofo “en el arte de la posmodernidad la tecnología ha llegado a reemplazar a la teoría, a la critica social y a lo inconsciente, razón por la cual parece cada vez mas difícil ser un artista sin ser antes un ingeniero”. Es sin duda la premonición del artista hacia la fuerza que percibía en la tecnología, de cierta manera ya podía intuir que la ciencia y la tecnología estaban avanzando ferozmente. Es una buena razón para dejar la pintura y no competir como un simple artesano ante la industria. El artista individual se ve comprometido seriamente.

 

Todas estas circunstancias podrían ejercer fuerza en la decisión de Marcel de dejar de pintar y su momento histórico también lo llevaría a ello a la par del surgimiento de varios artistas con un  fuerte contenido critico hacia la incursión de las tecnologías en el tradicional arte conservador, y si analizamos un poco no nos costaría ver que estamos en un periodo de total tecnologización y las artes visuales no escapan a esto, Duchamp supone ser el pionero en la irrupción del arte conceptual, su legado sigue vivo aunque su arte este siendo desplazado ahora por la tecnologización.  Mucho del arte de la actualidad supone la incorporación del espíritu de nuestra época y es el total reflejo de la mecanización en todos los ámbitos de nuestra vida económica, social, cultural, artística, y científica.

 
 

sábado, 6 de octubre de 2012

(ALTERIDAD) Plaza Morelos, Bellas Artes, Caracas 2010


                         

sábado, 22 de septiembre de 2012

Dadaismo



Dada se presenta como una ideología total, como una forma de vivir y como un rechazo absoluto de toda tradición o esquema anterior. En el fondo es un antihumanismo entendiendo por humanismo la tradición anterior, tanto filosófica como artística o literaria. No por casualidad en una de sus primeras publicaciones había escrito como cabecera la siguiente frase de Descartes: «No quiero ni siquiera saber si antes de mí hubo otro hombre.»

El movimiento dadaísta es un movimiento antiartístico, antiliterario y antipoético porque cuestionan la existencia del arte, la literatura y la poesía. Por cuestionar cuestionan hasta el propio dadaísmo.

Dadá se manifiesta contra la belleza eterna, contra la eternidad de los principios, contra las leyes de la lógica, contra la inmovilidad del pensamiento, contra la pureza de los conceptos abstractos y contra lo universal en general. Propugna, en cambio, la desenfrenada libertad del individuo, la espontaneidad, lo inmediato, actual y aleatorio, la crónica contra la intemporalidad, la contradicción, el no donde los demás dicen sí y el sí donde los demás dicen no; defiende el caos contra el orden y la imperfección contra la perfección. Por tanto en su rigor negativo también está contra el modernismo, es decir, el expresionismo, el cubismo, el futurismo y el abstraccionismo, acusándolos, en última instancia, de ser sucedáneos de cuanto ha sido destruido o está a punto de serlo. La estética dadá niega la razón, el sentido, la construcción del consciente. Sus formas expresivas son el gesto, el escándalo, la provocación. Para dadá la poesía está en la acción y las fronteras entre arte y vida deben ser abolidas.

La expansión del mensaje dadá fue intensa, amplia y tuvo repercusiones en todos los campos artísticos, En Alemania encontró adeptos entre los intelectuales y artistas que apoyaban el movimiento esparta quista (movimiento revolucionario que intentó una revolución socialista). En Francia ganó las simpatías de escritores como Bretón, Louis Aragon y el poeta italiano Ungaretti.

El aporte permanente del dadaísmo al arte moderno es el cuestionamiento continuo de qué sea el arte o qué sea la poesía; la conciencia de que todo es una convención que puede ser cuestionada que por tanto no hay reglas fijas y eternas que legitimen de manera histórica lo artístico. Gran parte de lo que el arte actual tiene de provocación viene de dadá, la mezcla de géneros y materias propias del collage también deben mucho a dadá.

En poesía el dadaísmo abre el campo para la llegada del surrealismo y ayuda a crear un lenguaje poético libre y sin límites. Para entender qué es la estética dadá en el mundo de la poesía nada mejor que recoger los consejos que Tzara propone para hacer un poema dadaísta:

Tomad un periódico.

Tomad unas tijeras.

Elegid en el periódico un artículo que tenga la longitud que queráis dar a vuestro poema.

Recortad el artículo.

Recortad con todo cuidado cada palabra de las que forma tal artículo y ponedlas todas en un saquito.

Agitad dulcemente.

Sacad las palabras una detrás de otra, colocándolas en el orden en que salgan.

Copiadlas concienzudamente.

El poema está hecho.

El movimiento dadaísta dejó las revistas y manifiesto que sin duda son la mejor prueba de sus propuestas pero, por definición, no existe una obra dadá. Lo propio del dadaísmo eran las veladas dadá realizadas en cabarets o galerías de arte en la que se mezclaban fotomontajes con frases aisladas, palabras, pancartas, recitales espontáneos y un ceremonial continuo de provocación.

 


 

lunes, 17 de septiembre de 2012

La Irrupcion del Anti-Arte





La mentalidad dadaísta se deleita en la ironía de las paradojas inherentes a los presupuestos burgueses, la noción de anti arte aplicable al arte contrario al establishment, ridiculizaba las pretensiones de  l art pour le art.  Al llamar la atención a sus clichés adocenados, Dada atacaba a la burguesía con imágenes satíricas y timos, y de un modo decididamente heterodoxo perseguía sus fines políticos a través de la estética.

 La actividad dadaísta fue una rebelión permanente del individuo contra el arte, la moralidad, contra la sociedad.  Sus medios fueron manifiestos, poemas, escritos de varios tipos, pinturas, esculturas, exposiciones y algunas demostraciones públicas de carácter claramente subversivo.

Sin embargo, las implicaciones del movimiento iban mucho más allá de la literatura o del arte.  Se dirigían a la liberación del individuo de todo dogma, formula o leyes, a la afirmación del individuo en el plano espiritual; incluso se podía decir que el movimiento liberaba al individuo de la propia mente, colocando al genio al mismo nivel que el idiota.

 Dada era un estado mental sin dogmas, radicalizado.  La palabra Dada fue precisamente elegida por su falta de significado.  Como dice Jean Arp: “lo que nos interesa es el espíritu dadaísta, pues ya todos éramos dadaístas antes de que dada existiera”  Tristan Tzara comentaba que dada era poco pretensioso, inútil  “como la vida misma” y declaro que dada era “ el punto en el que el si y el no y todos los opuestos se encuentran” … muy sencillamente en cualquier esquina como los perros y los saltamontes”
Poco antes de la primera guerra mundial, Marcel Duchamp acuñaría el término de anti arte con el que quería dar a entender su desprecio por las ineptas acciones políticas o artísticas de la sociedad.  Los Ready- mades eran sarcásticas puyas contra el mundo artístico elitista, contra los museos, marchands, coleccionistas y advenedizos.
Duchamp opuso a la burguesía la ironía de sus erróneas suposiciones.  Pintándole un bigote a la mona lisa ridiculizaba la veneración burguesa por el renacimiento clásico, al mismo tiempo que llamaba la atención por la ambigüedad de la vida y obra de Leonardo.  Las iniciales  L.H.O.O.Q.  Que pueden leerse al pie del retrato de la mona lisa, constituyen un acertijo obsceno si se pronuncian en francés:  "Elle a chaud au cul"
El anti-arte de Duchamp denigra l´art pour l´art y su mistificación, al tiempo que ataca a la sociedad que lo define.  A Duchamp le parecía que el arte no podía pertenecer a una civilización desprovista de todo lo que no fuesen valores comerciales.  La idea del anti-arte fue mas un ataque a la sociedad que una burla al arte mismo.  Según Hans Richter, el sentido de la fuente de Duchamp era que se meaba en todos los valores estéticos de la sociedad, que supuestamente son los que determinan que es o no es arte.  Duchamp se rebelo contra el culto a los objetos, típico de la cultura comercial.  Su “rebelión estética” sin embargo fue políticamente hablando poco efectiva.  En cuanto la impresión inicial de sorpresa se hubo disipado, la burguesía sintiose “encantada” con el supuesto anti arte de Duchamp, empezó a comprarlo y coleccionarlo como cualquier otro arte, ante el desaliento y enfado del autor.  En 1920  Duchamp sorprendió a todo el mundo diciendo que había dejado de ser “artista” para convertirse en “ingeniero”  (cambio que coincidió con la aparición de Rose Selavy)
El contingente dadaísta alemán no podía permitirse la despreocupada actitud política anarquista de los dadaístas de los países aliados, los alemanes habían experimentado la descomposición del imperio, una guerra desastrosa y la miseria y el hambre que siguieron.  El lamentable estado social  que resulto de las aventuras militares del káiser termino por cebarse en su propia patria y el dadaísmo alemán refleja el colapso de la burguesía.  Dada es el bolchevismo Alemán”. La burguesía debe ser privada de la oportunidad de comprar arte para su propia justificación.  Los dadaístas alemanes se veían como kunstkommunisten, que daban primicia a las exigencias del partido y no a los predicados estéticos. Pedían la erradicación de todos los valores nacionalistas, despreciando vigorosamente la cultura alemana: ¿Qué es la cultura alemana?  (Respuesta: mierda)  el levantamiento de 1918-1919 en Berlín arrastro a los dadaístas a una febril actividad revolucionaria: “dada ofreció sus servicios al proletariado y salió a las calles… incito a la sublevación por medio de alusiones sarcásticas o crueles… la fuerza del movimiento dadaísta alemán residió en su feroz sentido del humor, igualado solo por intenso compromiso político.

George Grosz y John Heartfield, colaboradores desde 1915, fueron miembros activos del sindicato de artistas comunistas del KPD  (Vereinigung Kommunisticher Kuenstler der KPD)  el llamado rote Gruppe dirigido por Grosz. Ambos artistas fueron fundadores del dadaísmo alemán.  Grosz comenta al respecto:
 Hacía décadas que el dadaísmo era el único movimiento artístico importante en Alemania.  No se sonríen, comparados con ese movimiento todos los demás “ismos” artísticos han convertido en problemas nimios del pasado. El dadaísmo no era en absoluto, un movimiento organizado, sino un producto orgánico que se desarrolló como reacción contra las “tendencias de la nube errante”  del llamado arte consagrado, cuyos seguidores no hacían sino pensar en cubos y en el gótico, mientras los generales pintaban con sangre, el dadaísmo obliga a que los artistas pongan sus cartas boca arriba.
Ya que el dadaísmo contiene un fuerte concepto político, Herbert Marcuse se dedicó a investigar la interrelación entre arte y política. Al observar el cambio de estilos cada vez más acelerados dentro del arte contemporáneo Marcuse escribe en su artículo an essay on liberation:
 El carácter radical, la violencia de la reconstrucción en el arte contemporáneo, parecen indicar que no se rebelan contra un estilo u otro, sino contra todo estilo en cuanto tal, contra la forma artística del arte, contra el “sentido” tradicional del arte. La gran revolución artística que se produce en la época de la primera guerra mundial sirve de detonador.

La obliteración de un estilo tras otro, la repulsión por la imagen, es significativa para un arte que ha perdido su identidad. Prevalece un sentido de arbitrariedad, que permite intentarlo todo sin comprometerse con nada. Herbert Read denomina este fenómeno “la corrupción de la conciencia” la vanguardia ha elegido comprometerse solo con la innovación experimental y con alguna ocasional mordacidad. La tan lamentada decadencia de las artes superiores de la pintura y la escultura, refleja aparentemente el malestar de la cultura, son embargo no es normal que en épocas de agitación social, el arte se hunda a niveles inferiores, las impericias corrientes hacia la democratización y la igualdad social desinflan los valores culturales “superiores” que se han ido acumulando, y que ahora ya no guardan ninguna relación con las necesidades comunitarias.

L’ art pour l’ art responde a una sensibilidad que no es la de la sociedad en erupción. Como dijo Nietzsche: l’ art pour l ‘art significa: que la moralidad se vaya al diablo” las interminables variaciones estilísticas, las modas, no consiguen hacer suyos los problemas que no pueden resolverse a base de variaciones sobre lo mismo.
Según Marcuse la cultura se encuentra en un proceso de “de sublimación”. Lo sublime, lo bello, lo ordenado, lo segregado y lo armonizador han perdido de repente gran parte de su supuesto sentido, de su sacralidad. Con la incursión de lo estético en lo político, los sentidos culturales han cambiado, se han invertido, se han de sublimado. El sentido por ejemplo del flower power, es que lo bello natural es más poderoso que la fuerza coercitiva, para ilustrar este sentido las muchachitas se dedicaron a colocar flores en los cañones de los fusiles de los National guards durante una manifestación ante el pentágono.

 La de sublimación de la cultura es una empresa de todo arte revolucionario, es típica del anti-arte, aunque no todo el arte de sublimador sea, necesariamente anti-arte, el arte de emory Douglas (ministro de cultura de los Black Panters) de sublima la cultura, pero no es anti-arte, a Douglas no le preocupan los problemas de la anti-estética, que son los que constituyen el meollo del anti-arte, su obra se haya libre del conflicto estético que planea la obra de vanguardia.
 Marcuse describe el arte de sublimado y el anti arte como fuerzas liberadoras en la lucha por la libertad. La dimensión estética no es simplemente percibida en sus aspectos formales y decorativos sino en términos de su afinidad funcional con la libertad.

La estética no está limitada a lo que es considerado arte, al contrario, abarca todas las actividades humanas, punto de vista este que los artistas de un estilo de vida, los participantes en las acciones artísticas de guerrilla y otros artistas radicales comparten con Marcuse. En este sentido la difusión de la estética rebaja la importancia asignada tradicionalmente al arte: “tal vez el arte haya perdido su dominio privilegiado y segregado sobre la imaginación, lo bello y el sueño.
En el sentido de Marcuse la estética y la moral acaban por coincidir:
La moralidad estética es lo opuesto al puritanismo, no insiste en la lucha o el baño diario para aquello cuyas prácticas purificadoras incluyen la tortura, la matanza y el envenenamiento sistemático. Ni incluye tampoco el lavado de la ropa para aquellas personas dedicadas profesionalmente a sucios apaños, pero si insiste en limpiar la tierra de toda la bazofia material producida por el espíritu del capitalismo y en acabar con él. E insiste en la libertad como necesidad biológica: hay que ser físicamente incapaz de tolerar cualquier represión que no sea necesaria para la protección y la mejora de la vida.
Las desatadas posibilidades del arte en ese umbral revolucionario son evidentes: el arte perturbador, el anti-arte, prepara el escenario “en el que la capacidad de la sociedad para producir puede ser parecida a la capacidad productora del arte, y la construcción del mundo del arte semejante a la reconstrucción del mundo real: la unión de un arte y una tecnología liberadores”.  La culminación del “ethos estético” de Marcuse es la idea de “la sociedad como obra de arte” esta visión utópica fue la que inspiro a los estudiantes parisinos durante los hechos de mayo de 1968. Dando salida a una nueva conciencia, los estudiantes descubrieron  que la capacidad creadora se halla de manera inmanente en todos nosotros y que la obra de arte y el artista no son más que “momentos de esa actividad”  el espíritu del anti-arte se revela en tales momentos y no tiene ninguna pretensión de perdurabilidad. Y esos momentos no deben ser paralizados por un sistema social “que convierte la obra o el hombre en un monumento”

El arte del mayo francés ejemplifica este espíritu: fueron formulaciones espontaneas y gratuitas que de sublimaron los presupuestos burgueses. Dirigidos a todo el medio ambiente, hubo graffitti, posters y acciones de guerrilla teatral que jugaron un papel significativo en la catalizacion del impacto revolucionario, confirmando la aseveración de Marcuse: “la revolución también debe ser una revolución de percepción que acompañe a la reconstrucción material e intelectual de la sociedad, creando un nuevo entorno estético”.
"la cultura ha muerto  ¡cread!   La imaginación al poder.  ¡Vive en el presente!
 Los posters y grafittis del mayo francés fueron consumidos ávidamente por marchands y coleccionistas cosa que no modifica el impacto que tuvieron en el momento.
La rebelión fue un problema francés que no perturbo para nada la vida de los museos americanos, que, al cabo de unos meses, fueron exhibidos sobre las paredes de los museos de New York, el espíritu revolucionario era apenas perceptible, el impacto radical podía darse por perdido.
 Gregory Battcock en su artículo “Marcuse y el anti arte” da esta definición del mismo:
 Para que algo pueda ser calificado de “anti-arte” debe requerir, de algún modo, un cambio de las capacidades receptivas prevalece doras, por eso no tan solo debe resultar difícil aceptarlo como arte, sino que debe ser inaceptable como arte, la idea es que solo la obra que es inaceptable es capaz de obligar a un reajuste, cambio, ruptura, o revolución, de esas capacidades y facultades que, en última instancia, determinan el sentido y la efectividad de toda la información recibida para cada individuo.
La definición de arte radical dada por John Cage, y que Battcock menciona en su artículo, merece cierta atención: “la radicalidad del arte viene definida, no en términos de su forma, sino en términos de su función perturbadora dentro de cierta estructura social, política, económica y psicológica” según la definición de Cage, la radicalidad de la forma dentro del contexto artístico es políticamente ineficaz, la definición que Battcock daba del arte radical, estaba, sin embargo, envuelta en términos de radicalismo “estético” más que radicalismo político.
Marcuse llama la atención sobre este fenómeno:
La irrupción del anti arte se ha manifestado de muchas formas familiares: destrucción de la sintaxis, fragmentación de palabras y frases, uso explosivo del lenguaje coloquial, composiciones sin partitura, sonatas para cualquier cosa. Y ,a pesar de todo, esta entera deformación es “forma” el anti-arte continua siendo arte y es producido, comprado y contemplado como arte.

 En el sentido de Duchamp el anti-arte se aplicaba más al hecho estético que al político. (De igual manera su anti-arte logro bordear lo político) los dadaístas alemanes utilizaron el anti arte para amplificar los planteamientos políticos, sin embargo su arte hoy en día es visto y asimilado bajo criterios estéticos como le ocurrió a Duchamp. La radicalidad del anti arte no logro cambiar el sistema, sino que fue absorbido por él. La evasidad del anti arte plantea la cuestión de si usar el término continua sirviendo para algo. Se ha dicho en reiteradas ocasiones que no existe algo llamado anti arte, que todo termina siendo arte. Los objetos se convierten en objeto de coleccionistas y el anti arte cae en esta obligación de comprarlo todo. Si continua teniendo algún sentido utilizar el término anti arte, tenemos que volver a definirlo como un arte rebelde y de sublimador, que niega las nociones de calidad y permanencia y que en consecuencia no puede ser coleccionado.
En el ensayo de Marcuse, an essay on liberation, resucito el concepto de anti arte, radicalizándolo sustancialmente al extenderlo al terreno político. A diferencia de Duchamp, Marcuse lleva el anti arte a la calle y a los mercados, no a las galerías o museos, para Marcuse la de sublimación de anti arte se convierte en un medio de catalizar y expresar la conciencia revolucionaria.
El arte del mayo francés estableció que el anti arte existió solo en su origen, durante el parto. Al cabo de un par de meses, el revolucionario anti arte era realmente inocuo, lo que fue percibido como anti arte en el momento de su creación ya había sido transformado en una serie de objetos artísticos expuestos en museos y galerías, sin embargo esa evasidad del anti arte es precisamente su rasgo característico. Si existe el anti arte ya no solo en términos de rareza histórica Duchamniana sino en el contexto de un presente revolucionario debe ser definido atendiendo a su temporalidad. Si se toma en cuenta el factor tiempo, el criterio de inaceptabilidad de Battcock puede ser aplicado a su definición. La función subversiva del anti arte se manifiesta solo en el momento crucial en el que se agota con una erupción de violenta energía.


Artículo de: Úrsula Meyer
Fuente:        La Idea como Arte (Gregory Battcock)
                    Documentos sobre Arte Conceptual
                           (Colección punto y línea)